CAPÍTULO 16 — El eco del mar
Isabella observaba por la ventana del automóvil mientras se acercaban al Hotel Mar Bella, recién inaugurado. La fachada blanca y moderna se alzaba imponente frente al mar, rodeada de jardines tropicales y terrazas con piscinas infinitas.
Gabriel conducía sonriente, con ese aire relajado que tanto le gustaba a ella. Le tomó la mano con ternura, entrelazando sus dedos.
— Amor mío —dijo Isabella con una sonrisa suave—, cuánto necesitábamos esto… Unos días solo para nosotros, sin trabajo, sin tensiones.
— Este es apenas el inicio de un fin de semana maravilloso, querida esposa —respondió Gabriel con tono juguetón—. Te tengo preparadas muchas sorpresas.
Isabella lo miró con ternura.
— Siempre sabes cómo mimarme.
Cuando llegaron, un grupo de empleados los recibió con champagne y flores. Isabella se sintió realmente orgullosa. Era el fruto de tantos años de esfuerzo, de tantas noches en las que Gabriel llegaba tarde, agotado, pero decidido a hacer realidad sus pr