CAPÍTULO 159 — Una vida de mentiras
Era tarde, muy tarde. Gabriel seguía en el edificio de Fuentes Global. El silencio del edificio vacío contrastaba con el ruido ensordecedor de sus propios pensamientos.
Había pasado las últimas cuatro horas revisando contratos que no le importaban y firmando documentos que apenas había leído. Era una táctica de evasión para no enfrentar la realidad de lo que estaba sucediendo en la residencia de su amigo, Valentino.
Su celular vibró sobre la superficie de caoba del escritorio, rompiendo la quietud. El nombre en la pantalla brilló como una acusación: Valentino.
Gabriel lo miró durante unos segundos antes de desbloquearlo.
[Hermano, te estuvimos esperando. No sabes la falta que hiciste. ¿Todo bien? ¿Por qué no llegaste?]
El mensaje le provocó una punzada física en el pecho. Sabía que había fallado. Le había fallado a su mejor amigo, a su hermano de vida, en uno de los momentos más importantes. Pero la idea de ver a Isabella sonriendo al lado de Alejan