Mundo ficciónIniciar sesiónLa notificación llegó pasadas las nueve de la mañana. Un simple mensaje, frío, breve, como si fuera escrito por alguien que se esfuerza demasiado por mantener distancia.
Gabriel:
[Ya saqué casi todas mis cosas de la casa. No volveré a ir. Si necesito hacerlo, te avisaré. Te enviaré las llaves.]
Isabella leyó y releyó el texto como si cada palabra pesara una tonelada. Se quedó inmóvil durante largo rato, con el teléfono apoyado en las piernas, sin saber si responder o simplemente dejarlo así, como un eco lejano de lo que habían sido.







