CAPÍTULO 141 – Amanecer entre cenizas
Fatima estacionó el auto bajo la sombra de un viejo árbol, justo frente a la casa donde Isabella había crecido. Hacía años que no pasaba por ese barrio, pero cada esquina le despertaba recuerdos de cuando ambas apenas comenzaban la carrera de diseño de modas y soñaban con un futuro que aún no sabían lo devastador que podía llegar a ser. Esta vez no venía por trabajo, ni por rutina. Venía por su amiga. Por la mujer que había visto tocar el cielo… y estrellarse de golpe.
Tocó el timbre con el corazón un poco encogido. No sabía exactamente con qué se encontraría, pero lo intuía. Catalina abrió la puerta con la misma calidez de siempre.
— Pase, pase, querida —dijo, haciéndose a un lado—. Le va a hacer bien verla. Estoy preparando algo de comer para las dos, a las dos en punto estará listo. Usted sabe que a Isabella siempre le levanta el ánimo un plato casero.
Fatima forzó una sonrisa agradecida y entró. La casa olía a hogar, a un pasado que Isabella h