Mi vida contigo (3era. Parte)
Unos días después
Estambul
Matthew
Una verdad encontré en el silencio del infierno que era la mansión o más bien… a quien me descifraría con un gesto. Con mis silencios, con mis heridas a cuestas. Porque lo que comenzó como una conexión intensa entre dos cuerpos, terminó convirtiéndose en un amor verdadero. De esos que no te cuestionan. Que te sostienen. Que se consolidan sin ruido, sin promesas vacías.
Rachel me encerró en su cárcel desde la primera vez…Desde que sus ojos se cruzaron con los míos. Y admito que me costó abrirme. Entender que no siempre podía callar. Me enseñó a ser valiente, a pelearme con mis miedos. A dejar de esconderme. Ella me hizo abrir los ojos con su fuerza, con esa forma tan brutalmente honesta de mirar la vida.
Y yo salté al vacío por ganarme su perdón.
Y pensar que yo no creía en el amor… Que no imaginaba encontrar una mujer que me amara así: Tan real. Tan libre. Tan sincera.
Pero apareció Rachel, sin motivos, sin buscarme. Solo para arrastrarme fuera de