Entre el deseo, el misterio y algo más (1era. Parte)
La misma nocheLondresMatthewSer prisionero implica cadenas, encierro, castigo. Es la consecuencia de haber cruzado una línea, de haber cometido un delito que el sistema no está dispuesto a perdonar. Lo veo todos los días en los rostros de quienes acuso, hombres y mujeres atrapados por sus errores, encerrados entre paredes que les recuerdan quiénes fueron y qué hicieron. Sin embargo, existe otro tipo de prisión. Más silenciosa. Más cruel. Una que no lleva barrotes ni jueces, pero que es igual de efectiva para destruir a quien la habita. Es la prisión del que está atrapado en sus debilidades, en sus vicios, en sus deseos más oscuros. Aquella que no necesita una sentencia formal, porque quien la habita ya se ha condenado solo.Ese tipo de prisionero camina libre por las calles, viste bien, sonríe en las reuniones, respira el mismo aire que todos, pero por dentro arrastra un grillete invisible que lo ata a lo único que no puede soltar: su impulso. Pierde el control sin testigos, se ent
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