A tu lado (2da. Parte)
El mismo día
Londres
Matthew
Dicen que después de la tormenta viene la calma, como si todo pudiera volver a su lugar con la misma facilidad con que se desordenó. Pero no siempre es así. No todos saben cómo reconstruirse tras el caos. Algunos logran encontrar equilibrio en medio del desastre, como si el dolor les enseñara a resistir. Otros, en cambio, no saben por dónde empezar, como si hubieran olvidado quiénes eran antes de que todo se rompiera.
Y están aquellos que, incluso cuando todo ha pasado, siguen sangrando por dentro. Porque el infierno no se apaga solo con tiempo. A veces se queda adentro, callado, hiriendo en silencio. Respirar duele. Avanzar cuesta. Sonreír parece una traición.
Pero incluso ahí, en lo más oscuro, hay un punto de inflexión. Un instante donde se comprende que no se trata de borrar lo vivido, ni de fingir fortaleza. Se trata de aprender a vivir con todo lo que arde: con las dudas, los miedos, las heridas que no cerraron… y también con las certezas que, a pesa