Demetrio quedó paralizado, la sangre de sus venas pareció congelarse.
Su mirada buscó a Melody, y vio el mismo terror reflejado en sus ojos.
Su corazón latía con fuerza, golpeando en su pecho como si quisiera escapar. Las palabras parecían haber desaparecido de su mente.
—¿Cómo… cómo pudo pasar esto? —balbuceó Demetrio, mientras su cuerpo temblaba, una mezcla de miedo, rabia y desesperación.
Melody lo abrazó instintivamente, sus manos temblando al sujetar a su esposo, mientras sus ojos buscaban cualquier señal de su hija en el parque, en la ciudad, en la nada.
Cada segundo que pasaba sin noticias de Ziara parecía un siglo, cada momento de silencio se llenaba con el eco de la risa de la niña que ahora estaba en manos de desconocidos.
El oficial sacó un Informe y comenzó a describir la situación con detalle.
Mientras escuchaban, Demetrio sentía que el mundo se estrechaba a su alrededor, que cada sombra del parque podía esconder a su hija, que cada coche que pasaba podría ser el vehículo