90.
AURORA
Estaba nerviosa; eso podía verse en mis manos temblando mientras terminaba de arreglar el hermoso vestido negro que se pega a mi cuerpo.
Es suave, elegante, con piedras de cristal adornando el escote y parte de la falda que roza el suelo.
Me miro al espejo con una sonrisa, sintiendo mi corazón golpear fuerte en mi pecho de emoción.
—Señorita, el Alfa me envió a buscarla.
La doncella entra manteniendo la cabeza baja, mirando de reojo cómo me veo, y no me incomoda.
—Bien, gracias por avisarme.
Salgo junto a ella directo hacia la entrada. Los últimos colores del atardecer comienzan a desaparecer en el cielo, anunciando la llegada de la noche.
Kayne ya me esperaba, vestido con un traje negro elegante.
—Estás hermosa— toma mi mano, dejando un beso en ella para luego guiarme hacia el auto.
No sabía a dónde íbamos; todo lo que sé es que es una sorpresa.
El carro se pone en marcha, dejándonos en un silencio cómodo, cargado de esa suave electricidad que me recorre el cuerpo.
Después de