A pesar su educación y valores morales ese tiempo, Jaclyn hija los duques Axxwell, comete uno los pecados más grandes de su época. Pero a veces lo malo viene acompañado de cosas buenas y lo impío dio un fruto hermoso, su hija Kathleen. Jaclyn deberá seguir el curso de su vida aún cuando ha manchado y arruinado la reputación de su casa, de su linaje y hasta su misma vida. ¿Qué hombre querría como esposa a una mujer desvirgada y siendo madre? La vida da muchas vueltas y en una de esas, todo cambió... Siendo así ella Su Elegida por ser La Primera.
Leer másUn año y medio después de la Boda de Henry y Camile…
HENRY
Moví la cabeza despacio, intentando recobrar el conocimiento, parpadeando y arrugando la nariz por el olor nauseabundo que aturdía a mis fosas nasales.
Intenté moverme pero mis manos estaban sujetas hacia atrás, amarradas a la madera de una silla vieja que rechinaba con mis movimientos. Abrí los ojos al recordar todo lo que había pasado antes de recibir aquel golpe que me dejó inconsciente y sentí temor por Camile y mis hijos.
Miré a mi alrededor pero todo estaba oscuro, solo el olor a putrefacción reinaba allí y a mis oídos llegó el sonido del recorrido del agua: estaba en el interior de una alcantarilla.
Forcejeé mis muñecas, intentando deshacerme de las cuerdas que tenía atadas alrededor, sin éxito alguno.
«Mi Dios», musité, mientras en mi cabeza se formaba una vaga idea de lo que ocurriría. No le tenía miedo a ese hombre, no le tenía temor a la muerte ni a que se deshiciera de mi como un perro. Solo necesitaba saber que mi familia estaba a salvo y que no les había hecho nada, para morir en paz.
Sabía que no sería así de sencillo… estaba seguro que no sería tan gentil como Danielle lo fue con su hermano, pero no le temía ni guardaba rencor; estaba listo para lo que fuera pensaba hacer conmigo.
Intenté una vez más liberar mis manos, pero fue inútil y solo comenzaba a aceptar mi destino. Sin embargo, en la serenidad que buscaba mi interior para preparar mentalmente a mi cuerpo, una tenue luz inundó el lugar mientras unos pasos se acercaban rápidamente.
Sonreí de lado, cuando noté que no me había equivocado: era él, quien estaba recreando el pasado para cobrar una venganza injusta, porque su hermano era la mismísima escoria personificada.
—¿Sorprendido? —preguntó con el ceño fruncido y negué.
—En absoluto; ¿por qué debería estarlo? Solo me estás dando la razón delante de Emma y de todos los demás.
—Nadie tiene por qué enterarse… —dejó la lámpara que llevaba en la mano, colgada a un gancho improvisado de hierro que nacía de la pared húmeda—. Podrías morir ahora mismo y nunca pensarían que he sido yo.
Sonreí de inmediato, burlándome de sus palabras.
—Créeme que serias el primer sospechoso. ¿O acaso piensas que yo maté a tu hermano?
Su semblante se desencajó por haber sembrado la duda en él.
—No lo pienso; estoy seguro.
Negué con la cabeza y sonreí.
—La persona que lo hizo, te buscará y acabará contigo… no tendrá piedad alguna de ti. Solo estás firmando tu propia sentencia con tus actos.
—Soy doctor en psicología además de abogado, Ross; no lo olvides cuando trates de lavarme el cerebro y cambiar los roles. ¿Acaso crees que soy tan estúpido? —indagó, cruzándose de brazos y sonriendo—. Por supuesto que tú no jalaste el gatillo, pero el simple hecho de haberlo ideado, te hace más culpable que la misma persona que incrustó una bala en la nuca de Cristopher.
—Tú no sabes nada de tu hermano… ni de mí. Estás ciego por el dolor y te comprendo, pero; ¿sabes todo lo que él hizo? —pregunté y me vio con inquisición—. ¿Sabes qué me acusó de fraude y me envió a prisión falsificando documentos? ¿Estás enterado que casi mata a mi esposa y al bebé que llevaba en su vientre? Al menos dime que estás al tanto que contrató a matones para que me asesinaran en la cárcel y que de milagro salí ileso; solo porque mi compañero y yo cambiamos esa noche de catre. ¿Sabes todo eso? —presioné, intentando ganar tiempo para encontrar alguna salida.
—Esa no es justificación suficiente para asesinar a sangre fría a un hombre y lanzarlo a la calle como a un perro —replicó, acercando su rostro al mío y mirándome con odio—. ¡Podrían haberlo enviado a la cárcel! —gritó—. Que tuviera un juicio justo y la justicia lo condenara por sus delitos, pero decidiste hacer justicia tú mismo, quitándole la vida a un hombre que solo necesitaba ayuda de profesionales, el calor de una familia que para lo único que le ha servido fue para exprimirlo —se volteó, dándome la espalda y suspirando con frustración—. No sabes nada… no tienes idea de todo lo que mi hermano sufrió a lo largo de nuestra vida —volvió a mirarme y frunció el ceño—. Sí; admito que se equivocó demasiado, pero le hubieras dado la posibilidad de pagar su culpa y redimirse en prisión. Sin embargo, solo acabaste con él, le arrebataste la posibilidad de arrepentirse, de cambiar, de buscar un futuro mejor.
Con cada palabra que emitía, sentía un profundo dolor en él. Lo entendía más que nadie y hasta le daba la razón para hacer lo que hacía, pero definitivamente estaba cegado por el amor de familia y no aceptaba que su hermano ya no tenía remedio alguno.
—¿Por qué lo hiciste? —preguntó, cuando me quedé callado.
—James; tú no lo conocías… no sabías en realidad quién era tu hermano. No puedes defender lo que desconoces; ¿cuánto tiempo estuvieron distanciados?
—Muchos años, pero eso no quita que lo que hubieras hecho estuviera mal.
—Lo sé… como también sé que en este mundo no había lugar para los dos: él intentó matarme, y aunque creyó que tuvo éxito; falló. ¿Solo por eso debía tener compasión con él? ¿Una compasión que él jamás tuvo conmigo? —pregunté y me vio con sorpresa—. Tenía una hija pequeña y enferma que dependía de mí. Una madre y dos hermanos de quienes solo yo me ocupaba. Me engañó, haciéndome creer que Camile me había traicionado, me encerró por un delito que no cometí y me arrebataron a Jillian, con el único propósito de hacer dinero a su costa.
»Sólo porque yo estoy vivo y el no, ¿crees que soy un monstruo? ¿Un asesino? —indagué y esquivó su mirada porque en el fondo, sabía que tenía razón—. Tu hermano no se hubiera detenido porque me odiaba y sabes perfectamente que jamás habría tenido la compasión que estás reclamando en estos momentos, cuando lo único que yo he hecho, fue proteger a mi familia.
—De todos modos, eso no te da derecho a quitarle la vida a un ser humano…
—Lo sé, pero era una cuestión de supervivencia, James.
—¡Era venganza, Henry! —gritó—. No quieras cambiarle el rótulo a las cosas, y ya terminemos con esto de una vez por todas —bramó furioso, levantando el pliegue de su camiseta y sacando una pistola—. Ojo por ojo; ¿cierto?
Pronunció, rodeándome para quedar tras de mí.
Cerré los ojos y solo le rogué a Dios que cuidara de mi familia, que le diera consuelo a mi madre y fortaleza a Camile para ocuparse sola de nuestros hijos: Jillian, Henry y el pequeño Fred.
Sentí el frío cañón sobre mi nuca y respiré hondo.
—Jala del gatillo, si eso te hará sentir mejor —dije por última vez.
—Lo haré con el mayor placer del mundo —sentenció, presionando con rabia el arma en mi carne y supe que ya no había marcha atrás.
Moriría.
Tres meses después Narrador El bebé no apareció por toda Inglaterra. Se supo que había sido secuestrado por su abuela, la antigua reina de Escocia. Ella se llevó al bebé sin dejar rastros. Jaclyn estaba sumida en una terrible tristeza. No quería ver a nadie, ni siquiera salía de la recámara. Jairus había regresado con noticias de ella ese día para Gabriella. Le dijo que la había visto de mejor semblante y que había salido a los jardines. Era difícil su situación. Irlanda había comenzado un revuelto notorio y Jairus fue encomendado a partir hacia allá. El rey le había dado el título de príncipe de Gales. Y él mismo no podía estar más que feliz con no tener una corona sobre su cabeza. Ser príncipe conllevaba responsabilidades pero no eran tan importantes como ser rey. Partió a Irlanda por dos razones. Para exterminar a los rebeldes y porque había descubierto que la familia de la antigua reina escocesa era de ese país. Se despidió de su esposa y se embarcó en el viaje por
Londres 1706 Narrador Dos meses han pasado desde que se formó la nueva Britania. Inglaterra, Irlanda y Gales unidos como un solo país en cuestiones políticas pero separados por cultura y religión. Mientras tanto aún el rey Hidai de Escocia no ha podido dar un certero golpe contra Inglaterra, debido a la guerra interna que tiene en su mismo país. Ha tenido que usar parte de su ejército en eso, a la vez que mantiene la defensiva contra los ingleses y españoles en la frontera colindante con el enemigo. Cuando enviada por Hadid, Gemma con todo su poder se situó frente a la Cámara de Lores escocesa, optó por amenazar a todo el país de una exterminanción inminente ya que Inglaterra había unido sus fuerzas con sus aliados países e incluso tenían a los españoles ayudándoles. Entre la nobleza escosesa la gran mayoría optó por hacerle frente al rey para que se rindiera ante una guerra semejante en busca de la paz, en tanto la otra parte menor de los nobles reunidos allí decidieron seguir
Londres1706JaclynPongo mis piernas sobre el puerto inglés. Me giro viendo a mi esposo bajar luciendo tan impecable y gélido como siempre. Quién diría que este hombre que está a mi lado es el mismo que me hacía el amor ayer, que me susurraba al oído eso que tanto he querido escuchar desde hace meses.Su porte rígido se estaciona a mi lado y a mis espaldas está mi padre junto a Jairus y los generales de el ejército inglés.Los carruajes llegan ante nosotros y Hadid y yo subimos al nuestro. Saludo con la manos a mi padre y el vasallo cierra la puerta del coche. El mismo prende el camino hasta el castillo. —Quiero que me cuentes todo lo que ha pasado en realidad, quiero saberlo todo —le digo y él asiente.Me toma de la mano y me jala hasta él. Me sienta en su regazo y sus manos envuelven mi cintura posándose al fin en mi panza. Acaricia todo el sitio y yo disfruto de lo bien que se siente estar así tan tranquila, tan llena y feliz.—Te amo —susurra y mi corazón se conmueve.Mis ojos s
Irlanda 1706JaclynAgradezco al santísimo dios que al menos Hadid no ha quemado todavía la ciudad. Aún mis pulsaciones están agitadas debido a lo que acabó de suceder. Solo había que ver su cara encolerizada para darse cuenta que venía con todo su ejército a tomar Irlanda porque sí.Dios nos asista de eso.No soporto ver sangre, por poco me desmayo cuando le vi levantar el arma hasta el rey. Todavía no sé que le hizo cambiar de parecer con respecto a todo. Doy pasos separándome de los irlandeses porque su rostro serio no deja de escrutarme.Noto que me sigue hasta pararnos en una orilla del puerto. El mar está en calma aunque hay un poco de aire moviendo mis cabellos. Meto los mechones sueltos de mi pelo tras mi oreja y me giro a encararlo. Su cercanía me advierte muchas cosas, entre ellas que es el madilto dueño de cada poro de mi piel.Veo sus verdes ojos que emanan tantas cosas juntas que siquiera podría enumerarlas.—¿Estás bien? —es lo primero que pregunta.Percibo que realment
Inglaterra 1706Hadid—Sugiero que comencemos de una vez el ataque alteza, no estemos en posición de seguir esperando que sean ellos los que ataquen primero, bien podemos...Uno de mis vasallos se ancla a mi lado y me susurra al oído: —La reina acaba de partir a Irlanda majestad.Vuelvo mi mirada a quien me acaba de decir lo más ilógico y absurdo del mundo. —¿Qué demonios dices? —bramo con estupefacción. Todos ante mi increpación se callan. —Su majestad la reina partió a Irlanda, debe estar zarpando rumbo allá en estos momentos, pensé...Mi cabeza duele. Siento que estallará en cualquier milisegundo. —¿Cómo rayos me entero hasta ahora? —grito ante todos importándome poco estar en un lugar así. —Alteza ella dijo que te diría personalmente —contesta titubeante el vasallo.Me paso la mano por el pelo quitando la corona en su paso, la pongo de nuevo y nada hace que la furia merme. —¿Algo más? —bufo porque el sujeto no se marcha.—Su excelencia... —musita muy muy bajito mientras se
Inglaterra1706JaclynTres meses han pasado.No logro pensar en otra cosa que no sea el tormento que me abruma. Es fastidioso el hecho de que por mucho que cavile sobre todo, llego al mismo destino: Él solo me usó. Mi interior grita por que diga que es algo absurdo, aclama tratando de justificarlo pero no apela a su favor. Sería tonto creer aún tras todo lo que ha sucedido que Hadid me ama. Mi parte que le ama trata de enmendar la situación, pero mi otra parte se burla y me ataca espetándome que solo fui una tonta. Sí, solo me dejé llevar y envolver por todo lo que él desprende, aunque desde el comienzo afirmó que el amor es una basura de sentimiento, pensé y me aferré con todas mis fuerzas a que ya era diferente. Mientras hacíamos el amor cada noche, más me llenaba de ilusiones, de esperanzas y de anhelos.Fui una imbécil.Solamente hay que verle ahora mismo. Luego del período de duelo del difunto rey, hoy vamos a ser entronizados como los nuevos reyes a ojo público, pues el trono
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