Olivia sintió celos al pensar que él era tan frío con ella y gentil con Natalie.
Además, no creía que Natalie fuera mejor que ella, y si se esforzaba, ¡algún día Leonardo se enamoraría de ella!
¡Su mirada se volvió firme al pensarlo!
Natalie volvió al salón y se reunió con algunos diseñadores con Bertín. Cuando la fiesta estaba a punto de terminar, Olivia se le acercó de repente con una copa de vino.
—Señorita Silva, el Grupo Mil y Zaran han trabajado mucho, he visto tus diseños y me han encantado. He decidido que seas la diseñadora de la marca de ropa del Grupo Mil a partir de ahora. ¿Te apetece?
Al ver la sonrisa en la cara de Olivia, Natalie sintió algo extraño.
Sólo había visto a Olivia un par de veces y había sido muy fría, ¿por qué ese repentino cambio de actitud?
Sonrió, cogió el vino que Olivia le tendía y contestó amablemente.
—Señorita Mil, agradezco tu admiración por mí, y me encantaría diseñar para el Grupo Mil, pero estoy a merced de la empresa.
Olivia sonrió, —No te preoc