Capítulo 160: Caldito de amor.
Fernando permaneció unos segundos frente a la cocina, tomando aire profundo, sintiendo cómo el calor del hogar se mezclaba con la preocupación que le quemaba el pecho. La olla con el caldo humeante entre sus manos emanaba un aroma que le recordaba su infancia, esos días en los que la madre de Marcos les enseñaba con paciencia y cariño a preparar cada ingrediente con dedicación. Cada gesto, cada movimiento, cada decisión al agregar una pizca de sal, una ramita de hierbas, era un recordatorio de aquellas lecciones: cocinar no era solo mezclar alimentos, era infundir cuidado, atención y amor. Hoy, todo ese conocimiento lo utilizaba para alguien que significaba más que palabras, Isabella, quien estaba enferma y vulnerable, confiada en que alguien la cuidara.
Caminó lentamente hacia la puerta de la habitación, midiendo cada paso, tratando de no hacer ruido, consciente de que cualquier sonido brusco podía asustarla o hacerla sentirse incómoda. Su corazón latía con fuerza, mezclando nerviosi