Nikolay
—¿Quieres que vayamos a cenar el miércoles a Heatman? Hacen una función y luego una cena —Margaret asintió, con una gran sonrisa.
Le ha gustado la idea. "Bien Nikolay vas por buen camino".
—Me encantaría —aceptó con una gran sonrisa, y un precioso rubor en las mejillas.
La verdad, me gustaba mucho esta mujer y su olor me tenía en otro planeta.
—Hueles divinamente, Margaret.
Me apretó su brazo y yo caí rendido a sus pies, tenía ganas de secuestrarla y no dejarla marchar jamás.
Todo el asunto de mi madre se había resuelto más o menos, pero le había dejado claro quién era mi mujer y que estaría de acuerdo con mis decisiones, no con las de ella.
Por supuesto no le gustó mucho, pero aceptó mis términos un poco a regañadientes y decidí contarle a mi mujer lo que había pasado, quedando muy feliz y al parecer, se había olvidado de que quería matar al jodido contador.
Tenía que encargarme de ese asunto, y viajar sin mi mujer no era mi pasatiempo favorito, pero no iba a exponerla a tod