38. Un día especial ¡con mi novia!
Abrí los ojos un segundo sumido en mis pensamientos más alegres.
— ¿Qué te divierte tanto ahora?
—Nada en concreto, solo esta rutina a la que me tienes sometido —confesé contagiándome de su fanfarronería.
— ¡Sometido? —reía escandalizada por mi elección de palabras - Sí, estoy segura de que lo estás pasando fatal con estos momentos - alzó una ceja irónica pasando la mano por mi pecho -, debe ser muy sacrificado para ti seguirme el ritmo.
¡Ja! por supuesto que lo era, pero me consolaba el poder notar sus mismas ganas de besarme y tocarme a cada segundo.
—Es solo que —continué explicándome manteniéndole la mirada —, no quiero que esto acabe nunca Olympia. No me imagino una vida mejor que la que estoy compartiendo a tu lado, ahora mismo.
Me miró pensativa un largo tiempo, buscando seguramente las palabras adecuadas, unas que no la expusieran demasiado.
¿Qué iba a hacer? ¡Así era ella!
—Mmm... —murmuró —. Sí, no está mal, estoy segura de que no puedes quejarte de la novi