53: Cupido.
El caos de mi vida amorosa me tenía con los pelos de punta, situación que no se hizo más amena cuando llegué a mi oficina y me encontré con un ramo de rosas rojas sobre mi escritorio.
Fruncí el ceño al verlas. Eran hermosas, sí, pero también inesperadas. Las tomé entre mis manos, buscando alguna tarjeta que revelara su procedencia. Cuando leí el nombre de mi ex novio, una punzada me atravesó el pecho al recordar nuestra última interacción.
Aquel beso que había compartido con Rick no había significado nada para mí. Sus labios no lograron despertar emoción alguna, al menos no como Phillip, que con tan solo una mirada era capaz de desarmarme entera.
—¿Un admirador secreto? —preguntó una voz familiar detrás de mí.
Me giré y encontré a Deck, observando las flores con una ceja levantada y una sonrisa socarrona.
Tragué saliva, intentando que no notara que el remitente era Rick. No quería problemas en el trabajo, sobre todo considerando que ahora él también trabajaba en la empresa.
—Un exnovi