Estuve toda la tarde con Carla recorriendo las grandes tiendas de ropa. Pero, como ya es típico en mí, no logré decidirme por muchas cosas y terminé comprando solo unos zapatos de tacón alto, pensando en combinarlos con aquel vestido que Rick me había regalado.
—¿Estás segura de que no quieres visitar otra tienda? —me preguntó Carla, mientras revolvía su café con una pequeña cuchara que había tomado de la mesa donde nos encontrábamos sentadas.
—Creo que podría buscar una camiseta... Me hace falta una que combine con estos pantalones —dije, señalando los pantalones azules que llevaba puestos. Ella asintió con energía y se levantó de la silla de inmediato.
—Entonces que no se diga más, ¡iremos en busca de una hermosa camiseta... de color azul! —anunció con entusiasmo, llevando su dedo índice al mentón en un gesto pensativo. Luego frunció ligeramente el ceño—. Aunque pensándolo bien... creo que una verde te quedaría mejor —me miró expectante.
Le sonreí y me levanté, lista para salir de l