Justo en ese momento, se encontró con Daniela.
—Si me ayudas a averiguar si Sebastián tiene algún interés en Luciana —le propuso—, convenceré a tus padres de que no te busquen pretendientes durante todo un año.
Daniela aceptó sin dudarlo. Por eso había alentado a Andrés a hacer una declaración llamativa, para provocar una reacción en Sebastián —si le gustaba Luciana, seguramente se enojaría; si no sentía nada por ella, le sería indiferente. Y según la llamada que acababa de recibir de Andrés, Sebastián efectivamente se había enfadado, lo que significaba que tenía sentimientos por Luciana.
—Entendido, llamaré a tus padres —dijo el anciano, meciéndose tranquilamente en su silla a pesar de haber perdido al ajedrez.
Daniela intuía que su abuelo guardaba un secreto. Se acuclilló junto a la mecedora con expresión curiosa. —Abuelo, ¿por qué pensaste que Sebastián podría estar interesado en Luciana?
Manolo miró de reojo a su nieta y soltó una risita burlona. —Tú qué vas a saber.
No había mostr