Mariano al principio pensó que sus ojos lo engañaban, pero al acercarse un poco más y mirar con atención, confirmó que realmente era su hija.
No se acercó a saludar ni quiso alertarlos. En cambio, regresó y le contó a Catalina:
— ¿Tú crees que nuestra Luciana ya está saliendo con alguien?
Catalina respondió distraídamente:
— ¿No se divorció hace poco? No creo que sea tan pronto.
Ella pensaba que su hija había tenido sentimientos profundos por Alejandro y que, aunque estuviera divorciada, no saldría tan rápido de esa relación para empezar otra.
Además, no era fácil encontrar a alguien adecuado.
Ella misma había estado pendiente de posibles candidatos para su hija.
Pero no había encontrado a nadie bueno.
— Pero la acabo de ver comiendo barbacoa con un hombre —insistió Mariano.
Catalina se sobresaltó:
— ¿En serio?
— Lo vi claramente —afirmó Mariano.
— ¿Es guapo el hombre?
— No pude verlo bien —respondió Mariano.
— Vamos a echar un vistazo —Catalina jaló a su esposo.
— Pero estamos atendie