Ella había querido preparar más platillos, después de todo estaba invitando a alguien a comer, pero el resultado fue algo modesto.
—Para la próxima me prepararé con anticipación. Por hoy conformémonos con esto, abogado Campos, ¿debe tener hambre, no?
—No tanto —respondió Sebastián.
Después de comer, Sebastián se marchó y Luciana lo acompañó hasta la escalera, pues el ascensor seguía descompuesto. Solo cuando lo vio bajar, regresó al departamento, limpió la mesa y se fue a dormir después de ducharse.
Fue hasta el día siguiente que vio las más de diez llamadas perdidas en su celular, pero decidió no devolverlas porque ese día presentaría la demanda, ya que Mailen había terminado de recolectar las pruebas sobre el desvío de bienes por parte de su esposo.
Había sido idea de Luciana que Mailen fingiera ante su esposo estar indecisa y nostálgica por su matrimonio, mientras en secreto observaba y documentaba minuciosamente todos sus movimientos para desviar los bienes. El hecho de que el mari