Capítulo 26

Salí de la mansión con desesperación, como si me estuviera escapando del incendio que él mismo había provocado. Tomé un taxi a la carrera, y apenas me senté, las lágrimas empezaron a caer sin control. No podía perderlo. No a Fabián. No así.

Porque, a pesar de todo, yo seguía profundamente enamorada de él.

Llegué a casa, me cambié con rapidez —más por inercia que por lógica— y salí de nuevo, esta vez rumbo a la oficina, con el corazón palpitando en la garganta. Al llegar, todos ya estaban en sus puestos. Me acomodé con discreción, intentando no llamar la atención.

Entonces recordé el mensaje de mi papá. Suspiré y le respondí con un nudo en el pecho:

*"Papá, si deseas vender la casa en Frauder, hazlo… al final es tuya. Pero no me mudaré. Me quedaré aquí, trabajaré, buscaré algo para rentar. No te preocupes."*

Apenas envié el mensaje, sentí una mirada clavada en mí como un puñal. Levanté los ojos y me encontré con Fabián. Su expresión era dura, completamente fría.

—Ni siquiera en el trab
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