El reloj marcaba las 10:00 AM cuando el sonido insistente del teléfono sacó a Sofía de sus pensamientos. Estaba en su oficina, revisando los últimos informes de la campaña de expansión de DarkCorp, cuando la llamada que no esperaba llegó. Al ver el nombre de Javier en la pantalla, su pulso se aceleró.
—¿Qué ocurre? —preguntó de inmediato, sin siquiera saludar. La intuición le decía que no era una llamada rutinaria.
—Sofía, tenemos un problema. —La voz de Javier sonaba tensa, contenida. Eso no era común en él. Era su director de operaciones por una razón: sabía mantener la calma. Y si él sonaba así, era porque las cosas iban en serio—. Max Smith ha comenzado a invertir en uno de nuestros principales competidores. Y, según nuestras fuentes, su empresa tiene la intención de lanzar un proyecto muy similar al nuestro.
Por un segundo, Sofía sintió cómo el aire se le detenía en los pulmones. Max. Otra vez Max. No solo había irrumpido en su vida personal, ahora lo hacía también en su terreno