Descripción. Todo puede cambiar de un momento a otro yo soy prueba de ello, mi historia quizás no es creíble pero pues no es fácil de creer, que una chica se haya quedado, embarazada siendo virgen ¿no? Pues ese fue mi caso, a mis diecisiete años vivo con Isabel mi madre y mis abuelos, Alonso y Rebeca, junto a mi hija Emily la cual llamamos Mily de cariño. No me explico aún como fue que quedé embarazada, pero veo la carita de mi pequeña y la verdad, si pudiese volver el tiempo atrás no cambiaría en absolutamente nada; daría lo mejor de mi por Mily, mi pequeño milagro inesperado. Mis abuelos y mi madre se molestaron Mucho con semejante noticia, en especial el abuelo Alonso pues no sé cansaba de decir que la historia se repetía, pero obvio la historia de mi madre, está muy lejos de ser igual a mi historia, ella si tuvo una relación, un amor de adolescentes, de dónde el resultado fui yo otra decepción para la familia Mendoza.
Leer másTreinta de junio el día había llegado, literalmente mi hija fue mi regalo de cumpleaños.
—Esta preciosa ¿Cómo se llamará? —preguntó Rebeca tomando una foto a su nueva nieta.—Emily, Emily Mendoza Crowter.—Pero que lindo nombre Angie.—¿Dónde está mi mamá? —desde antes de tener mi cesárea ya mi madre se había ido.—Ángela tu madre consiguió trabajo, a parte de la academia, ahora en el grupo Lombardi.—Si lo recuerdo —mi Madre me lo mencionó pero lo había olvidado—, bueno es de esperarse mi madre es muy inteligente, además habla varios idiomas.Iba a preguntar por mi abuelo Alonso, pero sabía que era tonto preguntar él no iba a venir a verme.—Angie feliz cumpleaños mi amor, tu abuelo también te manda felicidades y buenos deseos, para ti y para la chiquita ya son diecinueve.•••Un mes paso y si no fuera por mi madre y mi abuela, ya me habría vuelto loca.—Mily nena cada vez que vengo a verte estás más guapa.—Cada vez se parece menos a mi. —Mily no sacó ningún rasgo mío, los días transcurrieron rápidos ya Mily había cumplido su primer mes, su piel era blanca y sus cabellos rubios claros, nada que ver conmigo y mi familia, sus ojos eran de un intenso azul muy llamativo y peculiar.•••Sofia y Artemis Lombardi ante todos eran un matrimonio perfecto ella una hermosa y codiciada modelo de fama internacional. Él un apuesto millonario, uno de los herederos del grupo Lombardi un imperio farmacéutico de renombre a nivel mundial.Pese a su gran fortuna, Artemis laboraba como médico, en el hospital Luciano Lombardi, fundado por su abuelo. A raíz de un agresivo cáncer decidió dedicarse a lo que de verdad quería y dejó a su tía la responsabilidad del negocio familiar.Helios Lombardi hermano menor de Artemis, un joven viudo, también llamado la oveja negra de la casa Lombardi, pues desde temprana edad fue un rebelde sin causa, él tampoco quiso hacerse cargo de la empresa de su familia, desde temprana edad se inclinó por la música y con el tiempo Helios y sus amigos fundaron Nova una banda musical aclamada en todo el mundo.Desde la perdida de Lara su esposa, Helios se sumió en una vida de excesos de la cual no le fue fácil salir, gracias a sus amigos Luck y Abel que le sugirieron terminar sus estudios y retomar su vida. Pero internamente no superaba aquella perdida que apagó la vida de su esposa y su hijo no nacido.••• —Angie despierta hija se te hará tarde. —Sarandeaba Isabel a su hija intentando no despertar, a la pequeña que dormía a su lado.—M...amá ¿Qué hora es? —pregunté estirando mis brazos aún estaba adormilada, yo nunca había sido de levantarme temprano.—Son las seis con tres am hija ve a ducharte, ya el desayuno estará listo, no te tardes que aún tienes tiempo. —Dijo está saliendo de la habitación, todas las mañanas era el mismo asunto Ángela y madrugar, eran cosas incompatibles.Mi madre salió de mi habitación me senté a orillas de la cama, mirando a mi pequeña hija quien dormía plácidamente a mi lado —buenos días pequeña sabes mami hoy va a comenzar a trabajar, no te enojes con mami porque no estará contigo, eres una niña suertuda la abuela beca te cuidará y en la tardecita, la abuela Isabel también te cuidará. —Tome el celular para ver la hora seis con siete am < >, me levanté, no sin antes besar a mi pequeña Mily en la mejilla muy despacito para no despertar a la niña, agarré la toalla y fui directo al baño; hoy sería un nuevo comienzo, comenzaría un nuevo trabajo y no podía llegar tarde. ••• Rebeca sirvió una humeante taza de café a su esposo Alonso, el cual se mostraba atento al periódico en sus manos. —¿Ángela comenzará hoy su trabajo no? —pregunto Alonso a su esposa, en un tono monótono. —Si Alonso Victoria la recomendó con una amiga, la cual tiene un café y es muy popular. —Respondió Rebeca sabía por dónde iba Alonso. —Para lo que quedó mi nieta, para andar sirviendo mesas y para rematar con una hija; sin siquiera haber terminado la preparatoria. —Reprochó este sin ocultar su molestia. —¡Ya basta Alonso ya lo hecho, hecho está y no se puede deshacer, aún no superas lo de Isabel! —exclamaba Rebeca molesta la actitud de su esposo, a veces la desconcertaba y quejarse no haría que las cosas fueran diferentes. —No puedo Isabel no es fácil, sabes que no se porque las mujeres de esta familia, son tan... —No pudo terminar la oración, porque su hija venía entrando a la cocina. —Solo dilo papá termina la frase, destila tu veneno antes de que te ahogues en el... —Replicó Isabel molesta, su padre siempre echaba en cara sus errores de juventud, aunque para ella Ángela no era un error. —¡Isabel Alonso por favor tengamos, un desayuno tranquilo, ya dejen de abrir viejas heridas. Tratándose mal no solucionarán nada al contrario! —reclamó Rebeca molesta por la situación. No notaron a Ángela en la entrada de la cocina, al verla todos quedaron en silencio. —Buenos días a todos —fui a la encimera tome una tostada y le unte mermelada—, mamá Beca Mily está aún dormida, trataré de llegar antes de anochecer. —Ni el dulzor de la mermelada, evaporaba el amargo inicio de mi mañana. —No debes ir sin comer Angie al menos, llévate este almuerzo, recuerda debes comer bien por ti y por la pequeña Mily, tú aún estás dando pecho debes comer bien. Tú sabes cómo son, Isabel y Alonso no les prestes atención. —Pidió la amable mujer a su nieta. Las lágrimas amenazaban con salir. Siempre era lo mismo cada mañana, siempre pasaba absolutamente igual, la misma discusión, los mismos reproches y la misma hostilidad —mamá Rebeca ya me cansé de explicar a papá Alonso, que yo no estuve con ningún hombre yo aún no entiendo: cómo, cuando, dónde y en que momento quedé embarazada y sabes creo que no lo sabré nunca y sabes que al demonio todo, estoy cansada de que él haga ver a mi hija como un maldito error me duele sabes ya no soporto más. —Comence a llorar cansada de esta rutina. Rebeca solo le abrazaba para calmarla —sabes tu papá Alonso es un gruñón no le prestes atención, ahora ten un excelente día cariño. —Tomó a Ángela de los hombros y besó su frente. —Ve tranquila mi Angie yo cuidaré de Emily. —Gracias mamá Beca te veré más tarde. —Sin más que decir subí a mi bicicleta, para ir a mi nuevo trabajo. ••• Estaba asombrada, de el lugar donde trabajaría <<¡Wow era hermosa!>> Esa cafetería, era lo más lógico todo en ese barrio era costoso. Aparco la bici y entro a la cafetería víctoria y esperaban por mi. —Vico que alegría verte. —ssludé a mi prima, contenta mirando a la elegante muchacha, que esperaba a su lado. —Usted debe ser Loretta Russo— hice una reverencia. —Muchas gracias por la oportunidad no se arrepentirá señorita Russo. —Oh no, no, no, pequeña agradece a Vico, ella fue quien me habló de ti, quien te recomendó y me contó tu historia. Ven acompáñame te llevaré a cambiarte tu uniforme y te explicaré algunas cosas. — La verdad me sentía incómoda y algo apenada, la señorita Loretta me contó que Vico, le había contado su historia, de seguro se habrá reído a montón si le dijo que me quedé embarazada siendo virgen; se habrá reído a morir ya estaba tan colorada como una cereza. Loretta lo noto y comenzó a reír. —Tranquila Ángela, Victoria me contó tu historia, soy de las personas que creen que todo tiene una explicación y una lógica, además no soy nadie para juzgarte. —Gracias señorita Russo le agradezco. —dije volviendo hacer una reverencia. —Ahora ve a cambiarte en unos minutos abriremos y está cafetería, siempre está llena. —Si señorita Loretta. —Era guíada a los vestidores, Muchiru me entrego, un vestido de maid azul con detalles en blanco, también me mostró cuál será mi loocker. Salí ya arreglada me sentía algo apenada, nunca me había puesto algo así. Al salir ví de nuevo a Loretta y victoria sentadas en una mesa tomando café, también vi a otras cuatro muchachas vestidas con un traje similar al que yo usaba. —Te ves bien bombón toda una muñeca. —Dijo Victoria guiñando un ojo. —Gr...acias Vicky. —agradecí aún apenada. —Te luce el uniforme te presento a tus compañeras de trabajo: ellas son Ami Parker, Mía Ferguson, Zoe becker, Rose Harper's. —Todas saludaron amigables a su nueva compañera. —Mi nombre es Ángela Mendoza— hice de nuevo una reverencia. —Espero nos llevemos bien. —¡Obvio nos llevaremos bien Mía Ferguson se lleva bien con todas, verdad chicas! —dijo está con ojos de cachorro a sus compañeras de trabajo. —Es un gusto conocerte Ángela. —Saludó Zoe. Cielos Loretta no bromeaba cuando dijo que el lugar siempre estaba lleno...La brisa marina mecía a su antojo mi cabello, el lugar era perfecto al igual que la compañía. —No estoy listo mi angel. Reí ante los celos de sobreprotección de mi Artemis, el día de mañana tendríamos que partir a Italia nuestra Emily se casaría y de solo recordar eso sentía mi corazón estrujarse en un compendio de emociones que aún no sabía describir estaba feliz y emocionada por mi princesa, imaginarla ir al altar del brazo de su padre era un cuadro que nunca olvidaría aunque Emily ya era una mujer para mí siempre sería mi niña pequeña. —Ángela —llamó Artemis sacando a la rubia de sus cavilaciones—, ha pasado tanto tiempo y tú no cambias mi ángel siempre distraída —Dijo con ternura entrelazando sus dedos con los de su esposa—. ¿En qué pensabas Angie?—Artemis nuestra Mily ya no es una niña y deja de negarte a lo que pasará y vete preparando porque algún día nuestra pequeña Lara...Tomó a su esposa de la cintura para llevarla al mar, ambos se sumergieron, ya para Artemis era difíci
Fue por algo de comida, pero vale ver que literalmente su rostro estaba en todas partes volvió a su escondite. —Maldición —espeto frustrada estrujando su rubio cabello descuidado—, piensa Tabita, todas las carreteras deben estar llenas de policías, tu rostro y el de esa mocosa está en todo el país. El celular en su bolsillo siguió timbrando. Al ver el nombre en la pantalla decidió contestar. —Hola Zackary ¿Qué quieres hermanito? —preguntó la antigua modelo con ironía. —¿Dónde está la niña? —¿Qué niña? —cuestionó con fingida inocencia. —Sabes que ya no tienes salida, solo entrega a la niña y ya deja de hacer tantas estupideces Tabita. —Zack ¿Para esto llamaste? —Tabita es una niña...—Me da lo mismo que sea una niña, o una anciana —dijo la rubia con una hilarante risa—, entiende no me importa, ahora sí no tienes más que decir bye. Colgó la llamada burlesca dejo las compras
Cerró la puerta tras de si esperaba que Isabel lograra calmar a su hija. Agradeció que apareció el pelinegro y se ahorró buscarlo. —A ti te estaba buscando Artemis, mi hija despertó, está alterada. —No le ha dicho nada ¿Verdad? El rubio negó —no pero está preocupada. —Comprendo —sabia que ya no podía seguir ocultando la verdad—, yo hablaré con ella no se preocupe. El momento llegó entró a la habitación, Ángela estaba peleando con su madre porque no quería dormirse. En cuanto lo vió dejó de reñir con su madre, le miró determinada era el momento debía hablar.—Artemis. Levantó su mirada celeste, en cuanto la rubia le llamó por su nombre. —¿Cómo estás mi ángel...? —Estare mejor en casa, ya estoy bien. —Respondi desvíando vla mirada. —Eso no depende de mi Ángela, sabés lo que te hicieron...—Si lo sé y te repito que ya estoy bien, además no puedo estar tranquila sabiendo que esa loca está nuevamente haciendo de las suyas. Era cierto como estar tranquila en un hospital, mientra
Apenas su madre le llamó fue al hospital, se sintió tonto como no se dió cuenta antes que estaba pasando. Vió a su madre y hermano en la sala de espera.—¿Cómo está? —preguntó apenas estuvo frente a ellos. —En este momento están haciéndole un lavado estomacal. —Dijo Helios recostado a la pared. —Fue envenenada con veneno para ratas, el médico dijo que de no haber vomitado las cosas serían más complicadas. Las palabras de su madre y su hermano le dejaron petrificado, no creía en lo que decían, algo así era inconsevible. —Artemis —llamó Helios sacando a su hermano mayor de su telaraña de pensamientos—, ¿Qué es lo que pasa? —cuestionó el rubio serio. —¿Pasan? —cuestionó el pelinegro arqueando una ceja. —Si pasan —repitió Helios—, mi madre ya me contó que algo pasa, que acaso no piensas decirme. —habló el menor de los hermanos cruzando sus brazos en jarra. Suspiró derrotado pero no tenía más opción que hablar con su hermano y contarle lo que estaba pasando. Se llevó al rubio hala
Tembló al ver de nuevo ese rostro, aquella mujer había protagonizado sus pesadillas por mucho tiempo. —Pensé que ya estabas grandecita para seguir haciéndote pipí. La voz de esa mujer la hizo llorar, creyó que esa sensación de peligro desaparecería, pero no fue así ahí estaba de nuevo y está vez no era como las brujas de los cuentos de hadas, esta vez era real. —¿Asombrada? —cuestionó la rubia acercarcabdose a la jovencita—, ¿Por qué no dices nada? El gato te comió la lengua, o se te fue la voz. Al no recibir respuesta de la chica Tabita apretó a la jovencita del mentón con fuerza clavando ligeramente las uñas en la delicada piel de la adolescente. De sus temblorosos labios no salieron palabras, solo quejidos de dolor ocasionadas por el fuerte agarre, parecía un halcón cazando una presa. —Habla maldita mocosa —dijo arrastrando las palabras, endureciendo su mandíbula—, ¡Habla niña maldita sea! —gritó Tabita hecha una furia. —¿Por qué me hace esto? —preguntó Emily en un susurro
Abrió sus ojos por los rayos de sol que entraban libres por la ventana. —Mily —llamó la pequeña Lara estrujando sus ojitos—, volviste a dejar la ventana abierta y...La niña calló al ver que estaba sola en la cama —Emily, hermana ¿Estás en el baño? Al no recibir respuesta la pequeña se levantó de la cama dirigiéndose al baño, pensó que su hermana estaba dándose un baño y como usualmente tomaba sus baños oyendo música no escuba cuando le hablaban. Entró al baño y no había nada, se puso sus pantuflas de conejo y salió de la habitación. —Hola pequeña —habló el ama de llaves tras Lara, traía en sus manos un jarrón lleno de recien cortadas —, ¿Qué haces despierta tan temprano pequeña? —Hola Cecil —saludó la niña sin dejar de mirar a los lados—, has visto a mi hermana. —No preciosa, ¿No está en su habitación? —empero la mujer dejando las flores en un jarrón. —Anoche me quedé en la habitación de mi hermana, Cecil por eso te digo que no está conmigo. —Ya veo pequeña pero desperté tempr
Último capítulo