Lucas Cromwell es el típico hombre acostumbrado a conseguir lo que quiere mediante el dinero, con treinta años de edad se acaba de convertir en el CEO de una enorme empresa gracias a las mentiras que se inventó para poder convencer a su jefe. Sin embargo, su nuevo cargo lo pone en un aprieto que lo llevara a conocer a la mujer que pondrá su mundo de cabezas. Camila Anderson dejará cautivado al CEO desde el primer instante con solo enseñarle su sonrisa, no obstante, con veinticinco años y recién divorciada con una hija de cinco años, se verá tentada en aceptar el trato que se le ofrece: fingir ser la esposa de un desconocido. ¿Qué sucederá cuando los sentimientos traspasen los límites del acuerdo? Ella, está decepcionada del amor. Él, no cree en el amor. Sin embargo, sus corazones empiezan a latir con fuerza al sentirse cerca el uno del otro.
Leer másMi salvación está debajo de una maraña de largo cabello castaño.
Lucas Cromwell
—¡Maldición! Estoy entrando en desesperación, no sé qué hacer para librarme de mi jefe —exclamo Lucas sentado detrás de su nuevo escritorio.
Acaba de ser nombrado CEO de LS Electronic, algo que había deseado desde hace mucho tiempo, sin embargo, para conseguirlo no solo se esforzó en demostrar que era el mejor dirigiendo un equipo o tomando decisiones difíciles, también tuvo que mentir cuando su jefe le llamo a su oficina para anunciarle que se tomaría un descanso muy largo por exigencia de su mujer y que ahora necesitaba a alguien para que dirigiera el lugar en su nombre, por lo que a su pregunta sobre si tenía familia, Lucas contesto con un sonoro “Sí”.
Para Roberto Miller, el jefe de Lucas, la familia era una cualidad importante en un hombre de negocios, puesto que para él representaba el compromiso y la responsabilidad que se requería para dirigir cualquier empresa, es decir, no bastaba solo con demostrar ser inteligente, audaz y perspicaz en los negocios, Lucas debía contar también con una esposa.
Sin embargo, hacía mucho tiempo que el amor y Lucas habían tomado la decisión de separarse definitivamente. La mujer con la que había planificado casarse resulto estar casada con otro desde hacía dos años, cuando Lucas la descubrió ella solo le dijo que lo había hecho por el futuro de ambos, debido a que el ahora esposo de su prometida era un hombre con mucho dinero. Con el corazón destrozado le dio la espalda y se marchó jurando que nunca más volvería a caer en el juego perverso de amar a alguien.
—¿Por qué dije que sí? Cuando ni siquiera tengo una amante o a alguien con quien pasar el rato —continuo reprochándose a sí mismo sin poder concentrarse en su trabajo.
Constantemente miraba el reloj, puesto que su jefe le había dicho que almorzarían juntos ese día y que quería conocer a su esposa. Su corazón estaba cerrado, no estaba dispuesto a dejarse envolver de nuevo, pero justo en ese momento necesitaba una esposa de mentira, alguien a quien le pudiera pagar para hacer de su mentira algo real, con lo cual calmar la curiosidad del señor Roberto.
—¿Estás listo Lucas? —pregunto su jefe ingresando a la oficina sin tocar.
Lucas dio un respingo en su asiento demostrando todas las señales de un gran nerviosismo. Parecía que en cualquier momento iba a sufrir un infarto, tenía las manos sudorosas y sus cejas se contraían constantemente por la permanencia de un solo pensamiento en su cabeza: ¿De dónde saco una esposa?
Como un autómata se puso de pie miro de uno a otro lado antes de hablar tratando de crear un plan que lo sacase de ese lío, pero absolutamente todo lo que se le ocurría resultaba insuficiente para persuadir al señor Miller.
—¡Por supuesto Roberto! —exclamo con nerviosismo—. Mi esposa ha dicho que podemos vernos en el Starbucks que está a un par de calles —agrego con una idea en mente que podría sacarlo del apuro, sin embargo, era algo arriesgado, ya que para que su plan tuviera éxito era necesario encontrar a la mujer correcta en un sitio que por lo general es muy concurrido y siempre está atestado de gentes.
Su jefe lo miro con sorpresa, pero al mismo tiempo pareció encantarle que la señora Cromwell fuese una mujer sencilla que no se deja eclipsa por el dinero de su marido. Por qué si de algo había que estar seguros, era que Lucas Cromwell tenía suficiente dinero como para no tener que trabajar y hasta para poder crear su propia empresa, no obstante, no estaba interesado por el momento debido a que él no era un hombre cualquiera.
—Entonces vamos —dijo su jefe antes de darse la vuelta y salir de la oficina en donde solo había dado un paso para ingresar—. Eres un hombre bastante extraño, Lucas, en tu país tienes todas las oportunidades para ser el dueño de una gran empresa y, sin embargo, prefieres estar lejos de tu familia y hacer ricos a otros con tus habilidades —comento el hombre mayor al tenerlo cerca.
—No lo entenderías, aunque te lo explicara Roberto, mi familia es un tanto especial, están atrapados en el pasado donde las uniones eran en beneficio del apellido sin importar nada más —dijo recordando con amargura el día que abandono su casa por perseguir el amor en una mujer que lo traiciono.
Quiso volver, pero la vergüenza y desagrado a que lo obligaran a casarse lo detuvo de hacerlo, por lo que sin mirar atrás se subió a un avión y marcho, dejando su corazón herido en un país que está muy lejos de alcanzarlo.
―Es lamentable que todavía existan padres que pretenden gobernar sobre la vida de sus hijos —se lamentó su jefe y añadió—, los seres humanos no podemos vivir del espejo de otro porque cada uno es diferente y lo que ha sido maravilloso para mí puede que a ti te resulte catastrófico, los hijos son las flores que abandonan el arbusto cuando ha llegado su tiempo, ellos deben tomar sus propias decisiones y cometer sus propios errores, los padres solo podemos ser espectadores de su vida y esperar pacientemente a que nos pidan ayudan.
La reflexión le dio un vuelco al corazón de Lucas que, aunque cercenado, de vez en cuando sentía aflorar todo el dolor que le ocasiono Patricia. En silencio llegaron al estacionamiento en el cual el señor Miller ofreció su vehículo y su chofer, terminaron yendo en el auto de Lucas, que con la excusa de pasar comprando un obsequio para su esposa pretendía ganar más tiempo.
Fueron a una joyería exclusiva en la que se detuvieron media hora mientras miraban collares, gargantillas, aretes y anillos llenos de piedras y elaborados en diferentes materiales con acabados exquisitos. Lucas eligió unos delicados aretes en forma de gota que caían una detrás de la otra y que irradiaban un brillo exquisito gracias a la pequeña piedra de la que estaban dotados.
Por su parte, el señor Miller se decidió por un collar para su esposa y una sortija para su hija, hacía mucho tiempo no les obsequiaba nada y, ya que estaban en ese lugar, quiso aprovechar. El jefe de Lucas se ofreció a pagar ambas compras con la excusa de que le permitiera a él tener un presente con la señora Cromwell.
Luego de cancelar salieron de la joyería y se dirigieron al auto para esta ver si ir directo al lugar de encuentro, el señor Miller veía el nerviosismo de Lucas, pero lo creía natural, los jóvenes de hoy en día quieren impresionar a sus jefes y a pesar de tener treinta años el señor Miller lo consideraba un joven debido a que él contaba con cincuenta y siete años y se sentía como un hombre de cuarenta.
La seguridad que aparentaba Lucas se fue de cien a cero cuando encontró el Starbucks prácticamente solitario, unas cuantas mesas estaban ocupadas, pero en ninguna veía lo que necesitaba para calmar la curiosidad indiscreta de su jefe. Sintiéndose perdido decidió contarle la verdad a su jefe, no obstante, al girarse su mirada callo sobre una mujer, hermosa de cara, menuda y de cabello castaño, su piel brillaba por los rayos del sol que se colaban a través de los cristales de las ventanas, la joven estaba un poco desaliñada, pero aun así era imposible no admirar su belleza.
—Veo que ya la encontraste —exclama el señor Miller siguiendo la dirección de la mirada de Lucas—, y debo confesar que me siento satisfecho por esta reacción de tu parte, es como si la vieras por primera vez y te entiendo a la perfección, porque después de treinta y cinco años de casados mi esposa continúa causando el mismo efecto en mí, es como si todavía no pudiera creer que ella realmente acepto convertirme en un mejor hombre —agrega, sin embargo, Lucas no apartaba la mirada de la mujer, no solo por estar encantado por lo hermosa que ella es, sino porque ruega mentalmente a que no esté acompañada de ningún hombre.
¡Al fin, lo alcancé! Al camión de helados.El Fin No ExisteEl amor, cuando es verdadero, no tiene un epílogo, porque no existe un plan o un cronograma, ni un final. Los días se escriben sobre la marcha con tinta de besos y plumas de amor.Cada día se completa con el otro y jamás es suficiente, ni siquiera las noches donde la tímida luna, le otorga privacidad a los amantes que no ocultan sus caricias, sus sonrisas ni sus te amo.Como se le coloca ese punto final a un sentimiento que no para de crecer y con cada segundo que pasa se vuelva más fuerte e intenso, tanto que quema por dentro si no se le entrega al causante de tanta locura.Sin embargo, si viniste por Camila y Lucas, permíteme que te diga que ellos son completamente felices, nada se puede meter entre ellos y viven sus días como si fuese el último en sus vidas, Sofía ha crecido rodeada de hermanos, tiene tres, un par de traviesos gemelos y una niña hermosa que alegró su infancia, ya tenía con quien jugar y mostrarle sus muñ
De repente, un día ya estabas tan dentro de mí que te volviste indispensable en mi vida. Un día descubrí que los latidos de mi corazón pronunciaban tu nombre. Ese día, nuestras almas hicieron el amor y se fundieron en una sola para siempre. Lo que el helado de vainilla ha juntado, jamás podrá ser derretido por el sol.Juro y prometoLas campanas se dejaron oír por todo el lugar anunciando que la ceremonia estaba por iniciar, los invitados, que no eran muchos, entraron sin tardanza y ocuparon sus puestos, y aunque la mayor parte de los asientos continuaban vacíos, el lugar se sentía repleto de felicidad y eso era suficiente. Algunas lágrimas se habían colado sin ser invitadas y despuntaban en los ojos de los más sensibles.Si algún extraño, hubiese entrado en ese momento a la iglesia en busca de la bendición del cura, se habría sentido afortunado de presenciar tanto amor y tantas emociones juntas. No se trataba solo de una boda, sino del perdón, del reencuentro y de la convicción de
Recuerdo haber sentido como la luz se intensificó en tu interior cuando planté mi semilla en tu vientre, deje salir un rugido desde el fondo de mi pecho y proclamé mío: tu cuerpo, tu vida y tu alma.Gracias… gracias…Los días estaban pasando muy rápido, los preparativos para la boda iban acorde al plan, tendría una boda eclesiástica debido a que ya estaban casados legalmente. Pese a que solo era prácticamente una confirmación de lo que sentían, los nervios estaban volviendo loca a Camila. En los últimos días, había estado con un humor fatal, intentaba mantenerse calmada, pero empezaba a dudar de que casarse fuese una buena idea. No necesitaba eso, estaban juntos y le daba igual si el resto del mundo conocía sobre su amor.Una vena se brotó de su sien, lucia: demacrada e hinchada. El cabello lo tenía quebradizo y sus manos, al igual que sus piernas, se sentían entumecidas. Se quedó con la mirada fija en su imagen, estaba en la tienda de novias probándose el vestido por centésima vez, e
Ni el helado más frío puede calmar el fuego que se enciende en mis venas cuando tus manos rozan mi piel y tu lengua juguetea con mi pasión.Quiero llevarte a conocer las estrellasEl tiempo se detuvo, los latidos en el corazón de Lucas se habían reactivado y él volvía a respirar al escuchar las palabras de Camila, quien se había tirado sobre él y ahora ambos estaban tumbados sobre el césped disfrutando de un magnífico beso que prometía convertirse en algo más de no haber sido por los aplausos que resonaron. Camila tardó un poco en entender que no estaban solos, el deseo se había despertado en su interior, pero al darse cuenta se tuvo que esforzar en soltar los labios de su hombre.—Tu familia está aquí —susurró Lucas que desde que había probado los labios de su mujer se olvidó de los presentes y la sujetaba con fuerza de la cintura.—Hubiese preferido la pedida en privado, ya sabes para celebrar más a gusto —susurró también ella y le guiño un ojo. Estaba acostada sobre él y podía sent
Mi vida, mi alma, mi salvación y mi perdición están debajo de una maraña de largo y castaño cabello. Desde entonces la vainilla es el sabor que prevalece en mi boca, porque ese es el de sus labios.¡Si… sí, acepto!Sofía estaba muy feliz, por mucho tiempo solo habían sido ella y su madre, pero ahora no solo tenía un nuevo papá, sino que también había conocido a sus abuelos. Tenía una semana entera hablando sin parar sobre lo emocionada que estaba, además sus abuelos tuvieron la oportunidad de pasar dos días enteros con ella y la habían llenado de regalos.—Bella, vamos bonita, ven —llamó con amor a uno de sus regalos, una poodle color champagne de dos meses de la que se enamoró apenas la tuvo en sus brazos. Cuando llegó a casa con la perrita se fue directo al despacho de Lucas y le pidió hablar sobre un asunto importante.A Lucas no le sorprendió la petición, sino el carácter que el tono de voz de la niña le daba al asunto. Cuando su nuevo papá aceptó, habló con claridad y sin rodeos,
La mitad de mi alma, esa que estaba en la oscuridad, al fin vuelve a estar bajo la luz, al fin vuelve a sentir lo que es estar completa.Mi hija no está en venta El tiempo había borrado las huellas del rencor, no existía ya entre ellos separación más que la física y cada uno esperaba poder ponerle punto final a esa distancia que los dividía. Con el pasar de los días, los padres de Camila habían entendido que ella tenía derecho a cometer sus propios errores y que ellos no podían hacer nada para evitarlo, su único trabajo era aconsejarla y esperar a que necesitara de ellos, pero los años habían pasado y el vacío se hizo cada vez más grande.Desapareció de sus vidas, era como si se la hubiese tragado la tierra, intentaron buscarla, pero con el único que pudieron hablar fue con Santiago quien les dijo que Camila los odiaba y no deseaba verlos nunca más, les había mentido, Camila nunca supo de esa reunión, pero Santiago necesitaba tenerla aislada para poder controlarla.Un motivo más para
Último capítulo