Evana, instintivamente tomó la mano de Ignacio, luego de escuchar la amenaza de Fabio, pero al mismo tiempo, estaba buscando en su mente una salida y una forma de hacerle saber al mundo que él era responsable de lo que estaba sucediendo con Empresas Wellington.
–Entonces…, ¿si declaro que tú eres el responsable de todo lo que sucede en Security Wellington, nos dejarás en paz?
–No tan fácil, los dejaré en paz claro, pero sobre los escombros de Empresas Wellington, ni tú ni tu hermano volverán a ser los mismos, les quitaré todo.
–Estás loco, ¿qué te hicimos?
–Nada, ese es el problema, no hicieron nada, sabiendo lo que yo significaba para esta empresa, tu hermano vino y halagó todo lo tuyo, pero detrás de ti estaba yo, no hubieras logrado nada sin mí y que recibí, un simple apretón de manos.
Evana lo escuchaba y negaba con la cabeza, todos sus argumentos eran producto del resentimiento, la envidia, los celos profesionales, jamás pensó que é