Luego de escuchar a la señorita Rinaldi, Ignacio y Tiberius acordaron con una mirada, confiar en ella y comentarle lo que ya sabían sobre los padres de los chicos en cuestión.
–Los cinco chicos son hijos de hombres ligados a actividades ilegales, ordené una investigación sobre ellos y es preocupante la información que obtuve –manifestó Ignacio.
–Yo estoy solicitando la colaboración de la policía romana –agregó Tiberius.
–¿Quiénes son ustedes? Yo he pasado mi vida en Suiza, recibiendo informes esporádicos, fue ahora que comencé a ocuparme de esta parte de las propiedades, pero no tenía idea de lo que iba a encontrarme.
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