Al escuchar la historia entre ellos me llenó el corazón de cariño. No había escuchado cómo se habían enamorado y era maravilloso. Supongo que para él fue un flechazo y tras pensar en eso, le coloqué la mano suavemente en su rodilla y él colocó la suya sobre la mía.
En el momento en que Elliot iba a seguir contándome su historia con Raquel, alguien tocó la puerta. Y sin esperar respuesta alguna, una mujer con cabello castaño, alta y delgada, de traje de falda y chaqueta blanco.
-Cariño, lamento no haberte llamado pero... -quedó muda la ver la escena. Supongo que le cayó mal que él y yo nos estuviéramos tocando y lo confirmé segundos más tarde-. ¿Qué significa esto, Elliot Isaac?
-Mamá, que sorpresa -dijo él con emoción levantándose-. ¿Por qué no has llamado?
-¿Con esta mujer engañas a Raquel? -me mira y vuelve su mirada a su hijo-. Has caído bajo.
-¡Mamá! -le regaña-. No engaño a Raquel con nadie. Mucho menos con Karla.
-¿Así se llama está mujerzuela? -pregunta.
-No le habl