Cuando bajamos nos encontramos con los chicos en la sala, esperando por nosotros para ir a comer. Lo sé ya que mi hermano nunca podía sentarse a la mesa sin que yo estuviera. Puedo decir con toda seguridad que les pidió a los chicos que esperaran por nosotros.
-Por fin -dice Elliot un poco enojado pero a la vez divertido-. Estaba que me desmayaba.
-No seas exagerado -le regaña su prometida-. Si acabamos de sacar la bandeja del honor.
-Lamentamos hacerlos esperar -dice David-. Creo que le debía unas cuantas explicaciones a Karla.
-Y unas disculpas -responde Elliot serio-. Sobre todo una disculpa.
-Lo ha hecho -le aseguro con una sonrisa-. Vamos a comer.
Elliot fue el primero en levantarse de sofá y se dirigió a la cocina seguido de Alejandro .Mientras que su prometida los veía con cara de enojada pero al vernos soltó una carcajada contagiosa.
-Elliot no está de humor -nos dice.
-Nunca lo está -responde David divertido-. Pero con la cena se la pasa. Al menos por un rato -e