-Tu hermano tenía razón -dijo Elliot-. Está delicioso. Deberías cocinar más seguido.
-Siempre y cuando tenga unas grandes ayudantes como este par -dije mirando a las chicas y luego a él- estaré encantada.
-Te ves preciosa cocinando estando embarazada -dijo mi hermano-. Deberías estar metida en la cocina todo el tiempo. Aunque.. -dijo un poco pensativo- creo que un sobrino es suficiente.
-Puede ser sobrina -dijo Elliot pensativo.
-Sea lo que sea -dijo mi hermano apuntandome con el tenedor- con uno es suficiente.
-Vale, vale -digo riendo-. Eso ya lo veremos luego. A comer -todos en silencio comimos. Fue un almuerzo tranquilo. Nadie dijo nada. Era sorpresivo ya que nunca era así, pero supongo que algo pasaba-. Los noto callados -dije luego de un rato.
-La comida está muy deliciosa como para interrumpirla -dijo Elliot con la boca llena.
-No hables con la boca llena -le regañó Raquel-. Bebe agua.
-Lo siento -respondió aún con comida en la boca. Raquel le puso mala cara y Elliot tragó-. Lo