RAPHAEL
Cuando veo a Sara, siento como si se me fuera el aire. Está tendida en el suelo, desangrándose. Parpadeo ante la única lágrima que se me escapa. No puedo ser débil por ella.
Corro a su lado y le levanto la cara. —Dios mío, Sara.
Parpadea una y dos veces antes de mirarme a la cara. No sé si me reconoce. —Te sacaré de aquí, pero primero tenemos que hacer algo con esa herida—, le digo.
Sara me mira y de repente se agita contra mi brazo. —Suéltame.
La agarro y la sacudo. —Sara, soy yo.
Sigue sacudiéndose y mueve los brazos delante de la cara. Me araña el brazo mientras intento sujetarla. —Sara, por favor—, le digo. —Cállate, nos van a oír.
Sus brazos se quedan inmóviles en mi mano y me mira. Empieza a llorar mientras aprieto su cuerpo contra mi mente. Le paso la mano por el pelo. —Te tengo, Sara.
—Por favor—, dice. —Raphael, por favor, salva a Daniella.
En ese momento se abre la puerta y Daniella se acerca cojeando. —Deprisa—, susurra.
Sara me mira y luego mira a Daniella - confus