Con una sonrisa radiante y auténtica me dirijo a la recepción, donde se encuentra Isabel y le digo con evidente alegría.
- Acabo de llamar a Max - viendo su confusión ante mis palabras, agrego - el muchacho con el que salí ayer. El médico.
Ella esboza una ligera sonrisa, un poco maliciosa y satisfecha.
- ¡Qué bueno! - exclama - el médico te va a hacer olvidar a Saúl. Es apuesto, delicado, inteligente y...
La miro con fastidio, ha mencionado al innombrable, al hombre que quiero desterrar de mi vida.
- Quiero pensar en cosas agradables y tú apareces con eso.
- Pero no vas a olvidarlo si tomas esa actitud. Recuerda las cosas malas de la relación y comenzarás a olvidar. No puedes evadir los problemas, debes enfrentarte a ellos.
Me sonrío, pensando que se han invertido los papeles, ahora la asistente se dedica a dar consultas de terapia de pareja.
- Isabel - digo - aquí la psicóloga soy yo.
Me mira y dice algo avergonzada.
- Tienes razón, en teoría es así, pero yo teng