Después de una noche increíblemente especial, de cena romántica con mi chico, donde compartimos experiencias y recuerdos me levanté con energías renovadas, dispuesta a comenzar una jornada, donde predominara el optimismo y la vitalidad.
- ¿Tienes que irte? - pregunto adoptando una posición graciosa.
- Sí, amor - responde mi chico con ternura - tengo que trabajar, pero te lo compensaré mañana.
Salió dejando un beso breve en mis labios y Yo comencé mi protocolo diario para dirigirme al consultorio.
Una hora más tarde entro a mi lugar de trabajo con una radiante sonrisa en los labios.
- Buenos días Doctora, feliz esta mañana - dice mi secretaria apenas me ve entrar a la consulta.
- Buenos días - respondo con amabilidad.
- ¿Buena noche?
- Excelente.
Escucho el sonido de la puerta principal y me doy cuenta de que acaban de llegar los primeros pacientes. Miro a Isabel y le digo:
- Guíalos al local de consulta.
Ella asiente y yo me dirijo a mi despacho, donde se encuen