79. Me voy a ir a Francia
Al despertar, me encontré en un sitio desconocido donde el ambiente era fresco y el olor a desinfectante impregnaba el aire. Me costaba distinguir la realidad de un sueño desvanecido, y antes de que pudiera orientarme, una figura se acercó. El doctor, con una sonrisa cálida, trataba de tranquilizarme ante mi desconcierto. Puso una lámpara frente a mis ojos y continuó observando.
—¿Tienes conocimiento de cuál es tu nombre?
—Sí, mi nombre es Eloise. —seguía la luz ligeramente confundida con mis ojos.
—¿Sabes que día es?
—Es viernes.
—Estas lucida, eso es bueno. Eloise. Estoy aquí para revisar cómo te encuentras —tomaba mi pulso y tras de esto tocaba mi estomago lo cual me provoco un ligero dolor.
—¿Dónde estoy? —logré preguntar, sintiéndome como si estuviera nadando en un mar de brumas.
—Te encuentras en el hospital —contestó, con un tono de voz apacible y reconfortante. —Has sufrido un accidente, pero has contado con una gran dosis de fortuna. Aunque recibiste un golpe, no has s