DALTON
El celular vibró sobre la mesa de roble como si llevara dentro un corazón agitado. Ni siquiera necesité mirar la pantalla para saber quién llamaba. Lucas. Contesté sin pensarlo, pues sabía que a esa hora Lía estaba inmersa en esa maldita misión, que no quería que llevara a cabo, pero sabía que era su lucha y yo estaba ahí para apoyarla.
— Dime, ¿qué ha pasado?
La voz de mi "flamante" cuñado llegó a mis oídos.
— Ya entraron. Están en el restaurante. John la llevó del brazo, como si fuera suya.
Un golpe seco me atravesó el pecho. La imagen, aunque solo fueran palabras, me hizo hielo la sangre y me encendió al mismo tiempo. Mi esposa. Mi Lía. Al lado de ese bastardo, como si fuera un trofeo en su colección.
El vaso de whisky que sostenía se resquebrajó bajo mi mano. El cristal crujió como hueso roto, y un chorro ámbar se deslizó por mis dedos hasta manchar la mesa. Respira, Dalton. Respira. Conté hasta tres, forzando el aire en mis pulmones, me funcionó una mi**erda. Tenía que cont