Se apresuró a cubrirlo con una manta y separarle el cabello del rostro, buscaba ver si estaba herido de su cara, pero la falta de luz complicaba su tarea. Necesitaba hacer algo más.
—Voy a pedir ayuda o buscar algo con que curarte, no puedes quedarte así…
Serena le dedicó una última mirada y se movió para hacer lo que le dijo que haría cuando de repente Daniel la tomó de la mano, la jaló hacia él y luego la colocó sobre la cama, cubriendo el cuerpo de su prima con el suyo.
Serena soltó un grito de sorpresa y elevó sus sobrecogidos ojos, encontrándose con la mirada de Daniel en menos de tres segundos.
—Serena, la inocente Serena… —Daniel musitó muy cerca de los labios de su prima.
Ella percibió el aroma al alcohol que desprendía, y la seriedad en la que sus palabras salieron de su boca mientras la señalaba con el dedo.
—Daniel…
—Deja de sonreírle de esa forma y mándalo a la mierda antes de que yo lo haga, por que te advierto que detesto compartir lo que es mío y tú, eres solo mía.
Por