22

-No, me gustaría cualquiera que me dijeras, pero por favor no me vayas a decir Santi, porque me recuerda a mi hermanita -dijo él, pensando en lo bien que se vería ella en su cama. Santiago tocó el tobillo de Christina con la punta de los dedos acariciándola. Un toque a simple vista inocente que, a ella, le repartió sensaciones agradables por todo el cuerpo.

Santiago subió lentamente los dedos un poco hacia las pantorrillas, mientras que ella trataba de permanecer impasible.

-Ok está bien, no te llamare Santi cuando estemos en la cama -dijo, intentando seguir la conversación como si el toque de los de dedos de Santiago no la estuviese enloqueciendo.

-Te quedaras callado Santiago -dijo sonriéndose.

Santiago la miro y se lamió los labios mirando a Christina de una forma excitante, que hizo que se le erizará toda la piel, se le endurecieran los pezones. Se obligó a sostenerle la mirada, entendió que, si lo seguía mirando, él la besaría. Así que lo miró anhelante con los ojos muy abiertos
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP