Sorprendida, estupefacta y enmudecida, se llevó un trozo de galletas a la boca para mantenerla ocupada mientras conseguía conjugar alguna idea, sentía que había arruinado todo.
-Yo lo dejé -dijo haciendo una pausa, tomando un sorbo de vino.
-. Es un buen tipo o al menos eso creía. -Se encogió de hombros-. No sé, no me llenaba de la forma en que necesitaba y eso me estaba matando. Quise hablarlo, nos peleamos. Terminé con él, quien se ofuscó, se montó en el auto, manejó y se pasó un pare... teniendo un accidente, me culpo a mí por el accidente, la familia me corrió y bueno te puedes imaginar el espectáculo que se ha armado y en fin de todas estas, en el hospital me pidió que no lo buscara más y que me olvidara de él. Te juro que yo no quise que...
-No es tu culpa -interrumpió él.
-Tal vez no, pero sí me sentí culpable en un principio por que le había discutido minutos antes del accidente. Lo cierto, es que unos días después fui a verlo en el hospital y tenía la cara en el escote de un