Capítulo 44

Tiberius hizo lo que anunció, llevó a Evana a su casa donde la dejó al cuidado de Analía y de una enfermera que contrató para ella.

–Tiberius…, esto no es necesario…, ¿para qué contrataste una enfermera? –expresaba con algo de dificultad.

–Hermana, ni siquiera puedes hablar bien todavía, tu rostro está inflamado, te golpearon cruelmente, así que no voy a dejarte sin atención.

–Yo quería ver a Adrián.

–Ya lo viste ayer y recuerda cómo reaccionó al verte herida.

–Por eso, quiero que vea que hoy estoy mejor.

–Este no es momento de ser terca, esta tarde nos vamos.

–¿Qué?

–Hablé con el doctor Padrino, terminaron los preparativos para trasladar a Adrián a su clínica, ahora tú también serás recluida.

–¿Y George?

–Recibirá clases virtuales junto a su gemelo, no se me ha pasado ningún detalle.

Evana miró a su hermano con los ojos brillosos, lo admiraba, lo amaba profundamente
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