El sol estaba comenzando a ponerse, bañando el cielo de tonos naranja y morado. Estaba acostumbrado a las tensiones de la vida en la manada, pero esta vez era diferente. Algo se estaba rompiendo desde adentro. La sensación de traición flotaba en el aire, y podía sentir cómo cada miembro de mi manada, incluido yo, se estaba ahogando en un mar de desconfianza. Algo no estaba bien, y sabía que no sería fácil descubrir qué.

Emma estaba a mi lado, pero la distancia entre nosotros parecía haberse ampliado en los últimos días. Sabía lo que pensaba: la traición de uno de los nuestros pesaba sobre ella tanto como a mí. No importaba lo cerca que estuviéramos el uno del otro, esta sombra nos alcanzaba.

—Kian, tenemos que averiguar qui