Nunca pensé que me encontraría en medio de algo tan peligroso. Claro, había oído hablar de los rumores, de las leyendas y de los susurros sobre manadas rivales, pero hasta ahora, todo eso me parecía lejano, casi como una historia que no me concernía. Ahora, sin embargo, el peligro estaba al alcance de la mano, y de alguna manera, Kian era la única persona que podía protegerme. Aunque, al mirar sus ojos, parecía que él también necesitaba protección, pero de algo mucho más complicado que cualquier amenaza externa.Me había llevado a un refugio, un lugar apartado del pueblo, rodeado de árboles frondosos y oscuridad, como si el mismo bosque estuviera tratando de ocultarnos de los ojos de quienes nos acechaban. Kian caminaba al frente, siempre vigilante, y aunque su postura era firme, hab&i
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