Capítulo 144. Su madre lo quería muerto
Verónica, al escuchar las palabras de la enfermera, de inmediato replicó:
—¿Cómo que Maximiliano no se encuentra en esta clínica? ¡Si claramente me llamaron de aquí para avisarme del accidente de mi hijo y me dijeron que estaba muy grave!
La enfermera, con calma, volvió a responder:
—No tenemos a ningún paciente con ese nombre. Sin embargo, sí contamos con alguien con el mismo apellido… Mateo Oliveros. Intenté corregirle el nombre, señora, pero usted no me dejó hablar.
Al oírlo, Verónica se desplomó en el suelo, con el rostro desencajado, murmurando cómo era posible que su hijo Mateo estuviera entre la vida y la muerte. No… no debía ser él, ya que quien debería estar en ese estado tenía que ser Maximiliano.
Por su parte, Luciana, al enterarse de que no se trataba de su esposo, sintió cómo un peso enorme se le liberaba del pecho. Sabía que no estaba bien sentirse aliviada al descubrir que el accidentado era Mateo y no Maximiliano, Pero, ¿qué podía hacer? Si en el fondo lo único que sen