Capítulo 120. Un matrimonio feliz
Maximiliano, al escuchar las palabras de su esposa, sintió que el mundo se le venía abajo. Las lágrimas amenazaban con desbordarse, y aunque intentó contenerlas, no pudo evitar que sus ojos se llenaran por completo. Entonces, mirándola con ese dolor reflejado en su rostro, dijo:
—Solo te pido que me des una oportunidad más y, si ves que no tengo remedio, te prometo que de inmediato te doy el divorcio.
Además, no quiero que Olivia se salga con la suya, ya que los dos sabemos que lo único que ha querido siempre es vernos separados, y si lo hacemos, significará que ella ganó. En cambio, si nos ve más felices que nunca, esa sería la mejor venganza contra una mujer tan malvada como ella, ¿no lo crees?
Solo esperaba que esas últimas palabras lograran hacerla cambiar de parecer. Si su intuición era cierta, Luciana no lo perdonaría por él, sino para no darle la victoria a Olivia. Pero eso era suficiente para Maximiliano, pues confiaba en que, con el tiempo, podría ganarse de nuevo su perdón d