Capítulo 22. Revelar la verdad
Por el lado de Olivia, había regresado a la mansión Oliveros junto a Verónica y a los gemelos, que se habían convertido en los secuaces de esta. En realidad, estaba muy destrozada por lo sucedido; nunca pensó que su hermoso matrimonio se arruinaría por culpa de Luciana.
Y ahora no sabía qué hacer para evitar que Maximiliano la abandonara por esa "mala mujer".
Ni siquiera recordaba que tenía una carta muy poderosa a su favor, una que podría hacer que Max volviera con ella.
No fue hasta que su madre se lo recordó que, de inmediato, reaccionó… y comenzó a sonreír como una loca desquiciada, mientras se tocaba la barriga con desesperación, diciendo:
—Tú serás el niño que salve a tu madre del abandono.
Y en ese momento pensó: ¿cómo pudo olvidarse tan fácilmente de su embarazo, si esa era la forma perfecta de estar siempre atada a Max?
Con esa barriga, podría lograr que Luciana le diera el divorcio a Maximiliano de inmediato y así casarse con él, tal como lo había planeado.
Con ese nuevo pen