Tres años de matrimonio contractual, un amor unilateral, donde su esposo mantenía un amorío con su hermanastra. Dejan a Isabella Phoenix, con el corazón destrozado. Decida a empezar de ceros, solicita el divorcio, pero no le será fácil conseguirlo, pues su esposo guarda un secreto y hará hasta lo imposible por recuperarla. Sin embargo, la decisión ya está tomada y en intento por recuperar parte de su libertad, consigue empleo con el rival de negocios de ex marido. El apuesto y frío hombre, queda intrigado por su belleza, llevando esa rivalidad a algo más personal, pues Isabella, es todo lo que el ha buscado siempre. En un giro inesperado jefe y asistente comparten más que una cena de negocios, pero un amor del pasado de su jefe, la hacen irse lejos con aquel secreto que no alcanzó a revelar. Ahora no solo es buscada por su ex marido, también por su ex jefe, quien al enterarse de cual es nuevo empleo, le pide a su mejor amiga lesbiana, hacerse pasar su prometida y así el poder contratar sus servicios de catering. Subidas y bajadas, correr para que no te encuentren y al final, no tener donde más esconderte, pues el está PERSIGUIENDO A LA MADRE DE MI HIJO
Leer másFrank Estamos tomando el desayuno el abuelo y yo, conversando de la aventura de este fin de semana, una llamada a su móvil nos interrumpe; el abuelo escucha con tensión, una sonrisa se dibuja en su rostro y solo asiente para terminar con la llamada. —Hijo, prepara el auto, iremos a la nueva casa de los Ritchson, son han invitado —se ve realmente emocionado. —Abuelo creo que lo mejor es que vayas solo, aun tengo pendientes en la oficina, te alcanzo en un par de horas. —Me han dicho que ira una coordinadora de eventos muy guapa, no recuerdo su nombre —truena los dedos a la altura de su frente —oh si, Fabiola. Pero si estás tan ocupado, iré yo... —Esta vida esta llena de imprevistos —hablo mientras envío un mensaje a mi asistente para que cancele todas mis reuniones de hoy —casualmente todos mis compromisos han sido cancelados de última hora. Tengo el tiempo para acompañarte. —Pero debes tener más cosas que hacer, es lunes por la mañana, es cuando más trabajo hay en la empre
Isabella Nunca imaginé que mi vida diera este giro, al que creí el amor de mi vida, con el tiempo y sus engaños, hizo que mi corazón lo olvidara poco a poco. Para cuando conocí a Clark, ya me sentía libre de volver a intentarlo, pues la ausencia de Frank, m demostró que no era amor. En algún momento en mi regreso a Austin, pensé que no merecía un amor como el de Clark, un amor que está dispuesto a entregarse por completo, que es atento y cariñoso; que es tan grande que puede perdonar y que acepta sus errores. Y fueron esas dudas precisamente que me ayudaron a darme cuenta que mi amor por él, es real, que todas las lágrimas que derramé no fueron mentira, y que cada sueño, es posible cumplirlo a su lado. Giro entre sus brazos y admiro cada cosa que compró, todo es tal cual lo habíamos mencionado. Mi lado oscuro se enciende y me dan ganas de probarlo todo. Llevó eso del cuarto rojo a un nivel más alto, porque esto literal, es un chalet rojo. Hay estantes con juguetes, las p
Clark Escuchar esa frase del padre de Isa, hace que me sienta con una muy rara mezcla de emociones, por un lado me siento confundido, por otro, me llena de rabia. —Disculpe señor Phoenix, pero no entiendo —hablo lo más tranquilo que puedo. —Mire señor Ritchson, usted habla muy seguro de usted, pero se le olvida que mi hija a pesar de su die, sigue siendo una hija de su casa —el hombre se acerca y se coloca frente a mi —y disculpe que lo contradiga, pero mi hija no es su mujer. No hasta que yo no vea su anillo de compromiso y su sortija de boda en su anular. Y una cosa es que nos invite a su casa y otra que quiera ir respetar nuestras tradiciones —y tiene razón. —Mi intención jamás ha sido esa señor, y tiene toda la razón en exigir respeto para su hija y su familia. —Qué bueno que lo entiendas muchacho, ahora vamos dentro y quita esa cara de pollo ahorcado, no mas te estaba midiendo. Isa y su madre explotan en risas, Vince, Magie y la chica que no se como se llama, se les u
Isabella Sus labios se aferran a los míos, y en medio de ese existe beso se adentra entre mis pliegues de forma exquisita; atrapa mi gemido en su boca para que no se escuche fuera de la habitación. Sus embestidas son lentas y certeras, jamás podría olvidar esta sensación, es como aquella primera vez, donde ambos entregamos todo de nosotros. Sin salir de mi se recorre hacia atrás y me va arrastrando a la orilla de la cama, me toma por los muslos y acomoda mis brazos en su cuello. Me eleva y camina en dirección del baño. Muerdo mis labios para no soltar un grito de sorpresa; me deposita en el frío mármol del mueble, y nuevamente se adentra entre mis pliegues. —Te extrañé tanto... Perdón por no... —Sh, sh, sh, no... Ha... Bles —lo callo con un beso aferrando mis dedos a sus chinos qué me vuelven loca. Mis piernas se aferran en su cintura y mis cadera se mueven ansiosas; bajo una de mis manos para poder recargarme en ella y subir un poco mis glúteos y tener más libertad de mo
Clark Es la sensación más hermosa del mundo, trato de controlar mi llanto, para no asustarlo. Es tan pequeñito, como lamento no haber estado para ustedes. Se remueve en mis brazos después de varios minutos en calma, me asustó y solo se me ocurre salir en busca de Isa. Están las tres mujeres en la cocina y me acerco con cuidado, pues siento que en cualquier momento se me puede caer. —Isa —llamo su atención —se mueve, se mueve mucho. —¡Oh cariño! —hace un gesto tierno y se retira el mandil par acercarse. —Estaba tranquilo y de repente se empezó a mover mucho —le explico cuando lo retira de mis brazos. —Ya tiene hambre este pequeño, vamos a la habitación, ven —me indica y la sigo. Al llegar la veo tomar una sabanita, toma asiento en la cama y se acomoda para darle de comer a nuestro hijo. Veo la hermosa escena recargado en el marco de la puerta, Isa, levanta la vista, me sonríe y me palmera la cama para que me siente junto a ellos. Correspondo el gesto y avanzo despacio, esto es
Clark Trata de disculparse por como actuó, no se ha intentado justificar de ninguna forma, me está contando lo que pasó todo ese tiempo, ha sido tan difícil para ella, para ellos. —Estaba embarazada todavía cuando escapamos, Fabi, se hizo cargo de trabajar y de reunir dinero para poder pagar el parto, no somos ricas ni mucho menos, pero con el trabajo de mesero, digamos que no le iba nada mal en propinas, al contrario, los gringos le dejaban unas muy buenas, ella es muy bella —dice con alegría. —¿Los gringos? Que yo recuerde tu también eres una gringa —reímos, extrañaba tanto su risa. —Si, así me dice Fabi, el punto es que con eso, logró comprar una casita, y fue cuando empezamos esto del negocio, al principio eran eventos pequeños, fiestas infantiles, baby shower. Cuando Steve, cumplió el mes de nacido... —Steve ¿así se llama? —siento un cálido toque en mi corazón. —Así se llama nuestro hijo —me sonríe tiernamente. —Perdón, continúa, es que me gana la emoción. —Lo im
Isabella Tengo unos minutos de abrir los ojos, fue bastante el tiempo que no había podido descansar como en estas horas; me estiró cual gatito recién despertando, relajando cada músculo de mi cuerpo. Mi pequeño Steve, me ve con esos bellos ojos iguales a los de su padre y sonrío, me giro y le atraigo a mi pecho abrazando su pequeño cuerpecito. Jugamos largo rato hasta que un olor muy peculiar, hace que me levante, veo su pañalera en el sillón frente a la cama, tomo un pañal y las toallitas. —¡Iug! Alguien se hecho a perder je, je, je, je, vamos a tomar un baño amor. Lo dejo envuelto en su cobijita en lo que lleno la tina a la mitad para poder bañarnos, la dejo a temperatura y mientras el agua cae, salgo a alimentar a este pequeño tragón. Una hora más tarde ya estamos vestiditos y en espera de que su padre llegue, hasta hace unos minutos estaba tranquila, más ahora las mariposas en mi estómago no me dejan en paz. No pude ni probar bocado de los nervios, Magie y la niñera
Isabella —Hola —si vos hace que todo mi cuerpo tiemble. —Clark, soy yo, Isabella. La línea se queda en silencio largo tiempo, no hay respuesta del otro lado, creo que no esperaba que me comunicara con él, intento volver a hablar cuando él responde. —Mi mariposa, en verdad ¿eres tú? —se escucha nervioso. —En verdad lo soy, no sabía como comunicar contigo, lo lamento, yo... —¿Dónde estas? Tu amiga me dijo que vendiste a Marfa, pero no te alcancé anoche, ¿estás en casa? Voy en camino —habla tan rápido que casi no entiendo lo que dice. —Estoy en mi antiguo apartamento, no me atreví a llegar al tuyo, no sabía que si estabas o si me aceptarías. —Ni de loco dejo que huyas nuevamente, no sabes lo desesperado que he estado todo este tiempo. —¿Lo sabes? —trago en seco. —Lo sé, don Augusto, me explicó cuando ese desgraciado te llevó junto a Cinthya. Es mucho lo que tenemos que hablar, por favor, solo aguarda por mi, estoy como a tres horas de la ciudad, solo espera —s
Clark —Hey, hey, ¿a dónde vas? —me alcanza Frank. —Voy por ella, suéltame —trato de sacarme de su agarre. —Clark —la voz de don Augusto llama mi atención —tratemos de mantener la calma. —No me pida eso, aun estoy a tiempo de alcanzarla. —De echo ella ya está en camino su bus salió hace una hora o un poco más —se acerca su amiga. —Con más razón, si me voy ahora la alcanzo en auto. —¡Ah! —un grito de enfrente nos distrae. Nos vemos unos segundos y Frank, la amiga de Isa y yo salimos corriendo a ver que es lo que sucede; la señora Jenkins, tiene por el cabello a Cecil, y eso no se lo voy a permitir. —Mamá, suelta a mi hermana ¿estas loca? —grita Mateo, quien está sujetado por los brazos de su padre. —Ustedes provocaron esto, mi locura —grita la mujer fuera de si. —¡YA BASTA! —grito haciendo qué paren su circo —parece que usted no se cansa de joder la vida de sus hijos, si no se larga ahora mismo me voy a encargar de que su empresa se termine de hundir. —No serias c