No me fui muy convencida de la consulta del doctor Taylor, aunque sabía que tenía toda la razón, más valía que fuera con la verdad con Mario, que mentirle y tal vez luego sería peor. Por la noche y cuando acosté en su cama a mi hijo quedándose dormido enseguida, me fui al dormitorio con un libro, para leer un poco hasta que me sintiera somnolienta y entonces dormir, pero me era imposible conciliar el sueño, no dejaba de pensar en lo que el medico me habia dicho. Decidida, cogi mi móvil para llamar a mi esposo y según la conversación que tuviéramos, pues se le diría que estaba embarazada o no. Marque su numero de telefono, quedando sorprendida cuando contestaron a mi llamada, escuchando la voz de una mujer.
—- Hola ¿quién eres? — preguntó confusa.
—- Hola, soy Stella la asistente del señor O'Brien —- me respondió
—- Hola Stella, buenas noches, soy la esposa de Mario, por favor ¿se puede poner mi esposo al teléfono? — pregunte.
—- Lo siento señora O”Brien, su esposo está en la ducha a