Ese mismo día y después de que el pequeño Lucas desayuno, nos despedimos con abrazos y besos, pero también con la promesa de que nos volveríamos a ver en la boda entre Mario y yo. Cuando llegamos a casa y después de colocar el equipaje en su sitio, Mario se marchó a la empresa prometiendo que solo estaria unas horas y que regresaría para comer, pero Mario no vino. Por la tarde estaba sentada en el sofá de la sala viendo la tele teniendo a mi lado al pequeño Lucas durmiendo, con su cabeza encima de mis piernas. Escuché el sonido de llamada de mi móvil, lo cogi viendo que era mi amiga Alicia quien me llamaba.
—- Hola ¿qué tal amiga desaparecida? como no me llamas tú, lo hago yo porque quiero saber como le va a la futura señora multimillonaria —- me dijo Alicia riendo.
— Va todo bien nena, solo que creo que voy a cometer una locura, Mario es algo sádico en la cama y me da un poco de miedo cuando llega la noche — le dije riéndome también.
—- ¿La boda está ya cerca? no te olvides de tus am