La casa de Mario estaba situada en uno de los barrios más caros de la ciudad, según me contó después, la compró y poco después, contrató a un equipo de decoradores y arquitectos de gran prestigio. Los muebles y la decoración que tenía, estaban mezclados entre madera, muebles antiguos y modernos, siendo todo demasiado acogedor para mi gusto. Cuando Mario se fue a su despacho con el pretexto de que tenía que hacer algunas cosas dejándonos solos al peque y a mi, el pequeño Lucas me cogió de la mano porque quería enseñarme su dormitorio. Subimos despacio las escaleras que llevaban hacia un pasillo, dado que me daba miedo que se callera por ellas. Pero nada más entrar en su dormitorio, me dio como una especie de dolor en el estómago, al ver todos los peluches, camiones y la ropa de su cama porque tenía dibujados vaqueros de los recientes dibujos animados que habían salido nuevos en la tele.
Después de enseñarme su dormitorio y sin soltar mi mano de la suya, me enseñó los dormitorios que ha