Mario me invitó cortésmente a subir delante de él, los escalones que daban a un porche. Abrió la puerta de su casa, sintiendo su mano cálida en mi espalda, aunque quise fijarme bien en cómo era la mansión donde mi hijo estaba viviendo, eso era lo que menos me importaba Ya estando dentro de la casa, lo único que yo deseaba era estar y ver a mi pequeño, dado que era lo único que me importaba de verdad.
No se de donde vino o de dónde salió el pequeño Lucas, sentí un fuerte dolor en mi estomago cuando lo escuche aguando mis ojos mientras tenía mi mirada fija en el pequeño, que venia corriendo por el pasillo buscando a su padre.
—- Hola mi campeón, ¿te acuerdas de Alicia? —- le dijo Mario teniendo a su hijo en brazos.
El pequeño me miró sonriendo ocultando su carita en el cuello de Mario pero sin dejar de mirarme.
—- Anda cariño, saluda a Alicia, ella está deseando darte un besito —- le comentó Mario.
—- Hola Lucas, ¿tú también quieres que te dé un besito? eres muy guapo y supongo que alg