Al escuchar decir Mario que me quedara a dormir en su casa cuando yo deseara, me sonroje aun mas pensando en si se refería a dormir con él en su cama ya que según parecía, ya era firmemente suya.
—- En mi casa hay varios dormitorios, puede dormir en el dormitorio que usted prefiera —- me dijo, sintiendo en mi cuerpo un descanso tal vez imaginativo por mi parte.
Nos quedamos los dos mirandonos fijamente a los ojos, dandome cuenta de que Mario acababa de insinuarme una invitacion pasar dormir con el en su cama, aunque yo sabia perfectamente que aun O”Brien no tenia ninggun derecho sobre mi en lo que se referia al sexo con él o era para tenerme mas incomoda de lo que ya estaba con su insinuacion.
Me quedé por un momento perpleja con él, pues era atractivo y con tan solo hubiera sido un poco más encantador conmigo, no me hubiera podido resistir a meterme esa noche en su cama, pero Mario era frío y demasiado desconsiderado conmigo. Le sonreí por educación mientras él le pedía al camarero l