Leonardo
Durante todo el fin de semana he intentado contactarme con Camille, pero sin entender la razón, me manda a buzón, lo cual comienza a desesperarme, ya que no tenía ningún compromiso fuera del país.
Tomo una vez más mi móvil para comunicarme con ella cuando el grito de Mateo me hace levantarme de mi asiento.
—Ya le dije que no puede pasar, señor. Por favor… —la puerta se abre con un fuerte estrépito y cuando veo entrar al señor Antoine, el miedo me invade al pensar que algo malo le sucedió a Camille, no obstante, sin esperarlo me suelta un fuerte golpe que me hace caer sobre mi silla, dejándome completamente confundido por su forma de actuar.
Cuando intenta golpearme una vez más, Mateo lo detiene.
—Llamaré inmediatamente con seguridad.
—No es necesario —le pido, levantando mi mano.
—Suegro, ¿qué sucede? ¿Qué significa todo esto? —lo cuestiono extrañado por el golpe que acabo de recibir y el cual estoy seguro de no merecerlo. En todo este tiempo le he demostrado el amor que sient