Alejandro le comentó a su padre sus planes de comprar una casa para cuando él y Gabriela se casen. Obviamente ellos continúan fingiendo que siguen siendo una pareja dispuesta a contraer matrimonio, todo por mientras encuentran la excusa perfecta para anunciar una ruptura sin enemistad entre ambas familias. En este caso, su padre se sintió orgulloso de que su hijo ya estaba madurando al planear el futuro de su propia familia, así que, estuvo de acuerdo. Sin embargo, su madre al enterarse dijo no estar de acuerdo. Ya que, la tradición dicta que la nuera conviva en la mansión de los padres del esposo para que los nietos comprendan la unión familiar desde su niñez.
—Lo siento mucho, mamá. Pero ya he tomado mi decisión y no habrá marcha atrás.
Expresó Alejandro.
La señora Matilde estuvo a punto de desmayarse cuando su hijo le respondió casi retando sus decisiones personales.
En la oficina…
—Pequeña, dile a tu madrina que saldrás de la cuidad por tres días—. Expuso Alejandro.
—No tengo plan